La música como terapia

El empleo de la música como terapia en los desórdenes emocionales y mentales tiene siglos de vida. En la literatura abundan las citas clásicas sobre los efectos de la música, y a ésta se le atribuía extravagantes poderes terapéuticos y curativos. Pero a partir de la década de los sesenta, en el pasado siglo, la ciencia ha realizado serias investigaciones con el propósito de evaluar la influencia de la música sobre la mente y las emociones.

Ahora bien, la música no solo se percibe, suscitando el interés del sujeto, exigiendo concentración y capacidad (reacción perceptiva), sino que también se asocia, conectando con ideas y emociones no controladas por nuestra voluntad, inteligencia o actitud consciente (reacción asociativa). Es aquí donde, para los enfermos de Parkinson y Alzheimer, especialmente, la música su mente instantes felices, personas, objetos y lugares alejados del presente. Y también surgir y repetirse en la mente del enfermo ciertos sentimientos que le emocionan o abstraen de su situación actual. Momentos que pueden recordarse hasta con nitidez cuando esa música es de baile.

La ciencia ha destacado ciertos atributos de la música. Enumeramos algunos:

  1. Provoca modificaciones en el

metabolismo, la respiración, la presión sanguínea, pulso y energía muscular.

  1. La música exige atención y prolonga la

duración de la misma, disminuyendo el esfuerzo en muchas tareas (la intelectual, estudio y lectura).

  1. Tiene poder de diversión y de sustitución en

situaciones negativas a las que reemplaza por sentimientos, ideas saludables y positivas.

  1. La música estimula las tareas intelectuales,

Creativas y artísticas en escritores, pintores, escultores, etc.

  1. La música contribuye a eliminar el temor o la

ansiedad, especialmente ante una consulta médica o intervención clínica.

  1. La música suave y relajante es la más

aceptada por los enfermos, especialmente para aquellos que les es familiar o la han oído mucho.

  1. Pero también la música más vivaz puede

aumentar la actividad en ciertos pacientes, como es el caso de los afectados por la enfermedad de Parkinson.

Y lo que está comprobado es que, en los enfermos de Demencia, la música mueve muchos recuerdos, y las sensaciones relacionadas con ella.

La música te transporta en el tiempo a los momentos vividos en esa época, pudiendo trabajar la memoria del recuerdo. La alegría, satisfacción que nos produce la música, con el tiempo, aunque hay pérdida de memoria, nos transmite estas mismas emociones que tanto ayudan en terapia y en la vida diaria de las personas.