LA RELACION ENTRE LAS EMOCIONES Y LA SALUD.
El bienestar es la integración de todos los niveles de nuestro ser incluidos los niveles psicológicos, emocionales, físicos y espirituales. “El bienestar es el máximo logro en la vida”.
El bienestar, no está limitado al alivio temporal de los trastornos físicos o emocionales. Hace referencia a nuestra libertad real de ser y disfrutar la vida sin límite alguno. Gozando de bienestar estamos en armonía interna y en armonía con los demás.
La salud es el orden natural de las cosas, un atributo positivo al que los hombres tienen derecho si rigen su vida juiciosamente. Según ellos, la función más importante de la medicina, es descubrir y enseñar las leyes naturales que aseguran al hombre una mente sana en un cuerpo sano.
¿Qué experimentaría una persona si su sistema sanador estuviera siempre en óptimas condiciones? Muy probablemente no se daría ni cuenta, dado que tenemos tendencia a prestar muy poca atención a la salud cuando está es buena. Se recuperaría rápidamente de las enfermedades y curaría las heridas o lesiones sin ningún problema.
Podemos hablar de cuatro actividades de la mente que interaccionan con el sistema sanador:
- La fe.
La fe en los sanadores, santuarios y remedios milagrosos es evidentemente la base de la reacción placebo, que se considera ejemplo clásico de curación espontánea.
La fe o creencias que configuran nuestra percepción del mundo y de la enfermedad y de la salvación.
- El
En psicología budista la adicción al pensamiento se considera un obstáculo importante para la iluminación, porque cuando nuestra atención está centrada en el pensamiento, no podemos experimentar la realidad. El pensamiento nos saca del aquí y ahora del momento presente y nos mete en el pasado, en el futuro y en la fantasía, todos ellos dominios irreales. Los pensamientos son principalmente fuente de ansiedad, culpa, miedo y tristeza, emociones que probablemente obstaculizan la curación y que ciertamente nos causan muchísima angustia.
Mediante la relajación podemos prestar atención a las sensaciones del cuerpo, la atención se centrará en el presente, ayudando a desbloquear el pensamiento y así se rompe la adicción al pensamiento.
- Imágenes mentales
La imaginación tiene una relación especial con el sistema sanador. Una gran parte de la corteza cerebral está dedicada a la visión. Situación en la parte posterior de la cabeza, esta zona del cerebro se ocupa principalmente a imágenes visuales interiores. La visualización como forma de imaginación.
Otra ocasión para concentrarse en imágenes mentales es la fantasía sexual. La fantasía sexual supone una interacción de imágenes, emociones muy cargadas y reacciones corporales. Si tiene alguna duda sobre el poder de la mente para afectar el cuerpo, preste atención a lo que le ocurre a su cuerpo cuando se entrega a esta experiencia.
- Las emociones.
Muchos terapeutas y defensores de la meditación aconsejan conquistar el control de las emociones, allanar los altibajos de los estados de ánimos cambiantes y cultivar la serenidad o la ecuanimidad. Ese consejo puede ser útil para algunas personas. Cuando veo pacientes cuyas vidas parecen desequilibradas, cuyos niveles de energía fluctúan sin ton ni son, que comen de forma irregular y tienen relaciones inestables, suelo recomendarles ejercicios de respiración y meditación, como métodos para restablecer el equilibrio. Pero cuando considero el papel que tienen las emociones al facilitar la curación espontánea, pienso que podría ser más útil animar a las personas enfermas a cultivar la pasión. Ya he hablado de reacciones curativas que se producen después de que la persona se enamore o exprese su rabia. Al parecer no importa si la emoción que se siente es positiva o negativa; es más bien la intensidad del sentimiento lo que le da poder de influir sobre el funcionamiento del cuerpo. Más que los sentimientos negativos, podría ser la apatía el principal obstáculo emocional para la curación espontánea.
Una técnica para controlar los periodos bajos es simular que se siente lo contrario. “Siempre has de estar alegre, te sientas como te sientas –enseñaba-. Con felicidad puedes dar vida a una persona”. Todos los días, insistía, debemos inducir deliberadamente en nosotros una actitud optimista y exuberante hacia la vida; de esta manera poco a poco vamos a hacernos receptivos a los sutiles misterios que nos rodean. Y si no nos vienen momentos inspirados, de todas maneras debemos actuar como si los tuviéramos, aconsejaba. “Si no tienes nada de entusiasmo, pon la fachada. Actúa como si estuvieras entusiasmado, y el sentimiento se hará auténtico”.